Cambiar el Teatro. Seis pistas.

¿Y si hubiera una sola cosa a cambiar? ¿Cuál sería?

En su números de otoño la revista francesa Théâtre(s) se pregunta sobre qué hay que cambiar y debe cambiar en el Teatro. Aquí algunas pistas:

1. Volver a pensar los lugares donde se hace teatro. Reconsiderar al público también, cómo acogerlo, cómo integrarlo en las programaciones. Hospitalidad es una palabra clave.

2. Esta es para las grandes capitales. Teatro público/Teatro privado: luchar contra la división en grandes bloques ideológicos y no perder de vista el interés del público.

3. Acabar con el ombliguismo de la profesión, poner el público y su asistencia a las salas en el centro del hecho teatral.

4. Revisar cómo insertar a las nuevas promociones de actores y actrices en la profesión, trabajar una discriminación positiva a nivel de contratos, audiciones, acuerdos con conservatorios…

5. Tener mejor considerado al teatro infantil y a sus artistas. Que la prensa se haga más eco de sus trabajos, que no se regateen los cachées del espectáculo…
6. Acompañar de verdad a los artistas en sus creaciones (en algunos centro hasta tres años son acompañados): dotar de plataformas de producción con equipos en los teatros, darle tiempo a los artistas ( son como los vegetales, necesitan su tiempo de cocción)

Y terminan con el famoso «si» stanislavskiano… ¿Y si hubiera una sola cosa a cambiar? ¿Cuál sería?

Algunas respuestas:

Cécile Backès, directora de la Comédie de Béthune CDN Hauts-de-France
«Un artista, una clase. En un nuevo pacto teatro-escuelas públicas los artistas serían padrinos de una clase implicándose en una relación conjunta de un año»

Thierry Pariente, director de la Ensatt de Lyon
«es necesario repensar el ecosistema del arte. Cuál es hoy en día el imaginario de un joven que descubre el teatro a través de la práctica amateur, la educación artística integrada en el seno de la educación nacional»

Bérangere Vantusso, directora de Studio-Théâtre de Vitry-sur-Seine
«reabrir espacios de búsqueda, donde soñar y perderse, para así re-interrogarse sobre nuestras prácticas. Espacios donde los tiempos de hipótesis y donde lo desconocido sea explorado tengan un sitio importante, donde la poética vital de lo que no está previsto pueda acontecer»