Nota programa de mano de «Cualquier día nos verán soñar»

Trabajar sobre lo que no está escrito me parece uno de los grandes placeres de la puesta en escena. Eleva al teatro a la categoría de literatura inacabada.

 

Cada vez le agradezco más al teatro, frente al cine o la televisión, que sea el lugar donde el espectador puede instalar su mirada libremente. Le agradezco que en esa parcela del infinito que es el escenario, el ojo pueda escoger qué es lo que quiere ver. No ocurre lo mismo con la palabra, más entrometida: al asistir a una representación no podemos dejar de escuchar, y menos elegir, lo que allí se nos dice.


    El juego entre lo que se ve y lo que se oye domina Cualquier día nos verán soñar. “Se oye todo”, repiten algunos de los personajes, que no dejan de escuchar, como el público, pero se imaginan otra cosa. El televisor y las puertas son los objetos que predominan en todas las escenas, asociándolas, aunque los espacios (un rellano, un sex-shop, un plató de televisión, el salón de casa, el mar) y los personajes cambien. Las televisiones en escena siempre me han parecido objetos muy pobres, como ventanas ridículas a una realidad que no es tal, sino espectáculo. Lo contrario de las puertas, que siempre sugieren: invitan a escuchar a través, separando espacios, y provocan emociones con su presencia. Un actor frente a una puerta es ya un acontecimiento dramático que genera ilusión. En esta obra los personajes están mirándose y escuchándose constantemente, bien en directo o a través del televisor.


  Trabajar sobre lo que no está escrito me parece uno de los grandes placeres de la puesta en escena. Eleva al teatro a la categoría de literatura inacabada. Hasta creo que las transiciones pueden llegar a ser más importantes que el propio texto. El resultado fueron estas situaciones, a modo de puntos en el aire, esperando a que alguien trace entre ellos las líneas de un dibujo que desconozco y que espero a ustedes les guste.

Reparto de la lectura en la SGAE:

Vecino de abajo    JUANJO BENAVENT
Vecino de arriba  ERNESTO PASTOR
Un cliente            MIGUEL ANGEL ROMO
El encargado       JAUME TOMÁS
El presentador    JORGE PICÓ
La Madre           BERTA ESPARZA
El Padre             HONORATO RUIZ
Un famoso         JUANJO BENAVENT
Un ama de casa   HELENA PLÁ
Un técnico en televisores  MIGUEL ANGEL ROMO

Creación Sonora: Jesús Marco.
Dirección:  Jorge Picó.