Me autoanalizo, me instropectizo, bailo alrededor de mi yo
y aún así observo que en esta página me ha dado últimamente por
desviarme un poco del teatro y preocuparme de la realidad. O por lo
menos que cuando llame a mi puerta no me pille de compras en el Corte
Inglés. Dos artículos que he leído y una experiencia vivida (perdón,
suena a menú del día) confirman mis sospechas de que hay que hacer obras
de teatro que tengan consecuencias. Queridos teatreros lean esto y
luego estoy con ustedes para ir explicándome poco a poco:
“Yo de lo único que estoy seguro –y es otra frase de Althusser
también- es de que el conocimiento agrega algo a lo real… porque le
agrega su conocimiento. De eso sí que estoy seguro: de que el
conocimiento no es neutral porque a la realidad no le da igual ser
conocida que no ser conocida. La realidad se queja al ser conocida.
Sobre todo si estamos conociendo estructuras o relaciones en las que
circula el poder. Cuando esas estructuras salen a la luz, los que tienen
el poder se quejan. El conocimiento no es neutral.
Carlos Fernández-Liria “Pensar, investigar y hacerlo bien”
Una entrevista de Juan Pedro García del Campo para la revista Youkali
Vuelvo de Andorra y en el autobús recorto esta entrevista La barreja de les races augmenta la salut
(La mezcla de razas aumenta la salud) del biólogo Jordi Cantons
Palmitjavila, especialista en genética y biología celular, o sea viene
de un científico, ciencia, conocimiento. Luego intentaremos conectar las
dos con una experiencia personal:
“Conéixer com és genèticament una població no té cap connotació
ideològica. És una qüestió científica, conèixer l’evolució genètica
d’una societat vol dir poder fer planificació en matèria de salut,
campanyes de promoció. (…) Com més es barreja una població, com més
varietat genètica hi ha, més saludable és”
El Periòdic de Andorra, dijous 19 juny 2008.
Si leemos en este orden, así le ocurrió a mi médula, las declaraciones de Cantons
en su intento de decir una cosa bien gorda, bien clara y bien
científica y que no parezca una posición ideológica se convierte en: “es
mejor que nos acostemos los unos con los otros, vengamos de dónde
vengamos, para la salud de la raza”. ¿Haz el amor y no expulses? Me
parece que sí. Imposible ser neutral. Y más ahora que nuestra Unión
Europea, la del eurito, ha aprobado la directiva de retorno para
inmigrantes, llamada la (pincha
para leer este articulazo sobre inmigración) “directiva de la
vergüenza”, votada por todos los europarlamentarios del PSOE menos Borrell y Obiols.
Sigo. Vuelvan a mirar la imagen que está en la cabeza de la noticia. Me
la dieron, obviamente para que me callara, así hago, en el número 44 de
la Calle Murcia de Barcelona, sedens sedentis de la Oficina
d’estrangers de la subdelegació del Governs a Barcelona. Si vienen a
Barcelona les recomiendo que vayan, está llena de vida, tan llena que no
se para de hablar, da más gusto porque sabes que estás desobedeciendo
al papelito, y uno se la puede pasar cruzando miradas, oyendo lenguas,
realizando pequeños actos terroristas como seguir hablándole en catalán
con acento de València (aquí está lo terrorista) aunque el funcionario,
que pone carita de “aquí me destinaron”, te conteste en castellano. Y
sobre todo apuntas frases como ésta, leánsela con acento marroquí:
-“Si te digo Salam Malikum (sonrisa), tú me contestas lo que te dé la gana, vale chaval” (sonrisa de ambos dos que no son de aquí)”
Si yo me pongo un velo en la cabeza, tú te pones lo que te da la gana.
El caso es que follemos antes de que llegue Europa y nos tire fuera. Es
por nuestro bien, hay que evitar la población únicamente autóctona (el
riñón se resiente), las tendecias endogámicas (se resiente el bazo) lo
dicen los análisis de sangre, piel de ceja y saliva de los laboratorios
de la UAB de Barcelona.
¿Y el teatro? Notése que viene en último lugar y solamente si
quedan fuerzas tras las artes amatorias. En la calle 44 de la calle
Murcia la gente se la está jugando, las familias se intentan reunir en
suelo español, y necesitan papeles para vivir. Ir mirar y anotar, esto
os propongo. Y luego, repito, crear obras con conocimiento que tengan
consecuencias. El primero que diga que es artista y que él no se mete en
política que cierre la puerta, pero por fuera, ya le llamaremos.
Mientras, como dice el papelito, guardemos silencio, para mejorar las
condiciones de todos.