Crónica desde Avignon: las críticas del Festival

“El ensayo crítico, especialmente el artístico, puede ser entendido en su aserción teatral: es una aproximación previa e imperfecta a una realidad que no está constituida del todo (no es todavía la «función real»). Más bien, sus tareas están encaminadas a armar los planos de un escenario futuro, a una posibilidad por venir” La crítica de arte y su próxima desaparición Iván de la Nuez El País 29/12/2007

Esto de la crítica es una cuestión de sabores. Al teatro le pasa como al vino, lo pruebas y la respuesta del paladar es inmediata: demasiado suave, muy ácido, agrio, buenísimo… Os hablo de sabores porque nuestras primeras críticas al 30/40 Livingstone nos supieron mal. No era para menos, desde “insustancial” y alguna otra que seguro encontraréis en la web si os molestáis en buscarlas. Pero afortunadamente es sabor y conocimiento. Ahora las críticas aquí en Aviñón  (ya ocurrió cuando estuvimos en el Teatro de la Abadía de Madrid) son unánimes: un éxito de espectáculo. ¿Qué ha pasado desde su estreno en Temporada Alta en el 2011 hasta este Aviñón 2014? Fríamente, creo que varias cosas. La primera es que tuvimos la suerte de entrar en crisis durante una gira en Cataluña que nos permitió revisar, acotar y sumar sentidos a la obra. Así probamos hasta cinco finales diferentes. Encontrar el final a una obra de creación es vital, es casi un test que te pone a prueba para saber si sabes qué estás haciendo. Nosotros, gracias a nuestro músico Oscar Roig, nos dimos cuenta de que la obra necesitaba un final musical, una especie de largo sostenutto (¿se dice así?) que no podía terminar arriba o en un “chinpúm” de platillos final. Oscar nos ayudó a terminar la obra con el oído. Más factores, los encuentros con el público después de las funciones. Aquí, cuando el ambiente se relaja, y en esto Sergi es especialista, surgen las preguntas. Se democratiza el espectáculo, porque son preguntas desde abajo, desde el palco de butacas. ¿Por qué el ciervo no habla nunca? ¿Por qué el tenis y no otro deporte? ¿Por qué ese suelo tan verde? ¿Por qué matáis al ciervo con una pala y no con un rifle?… No tenemos, claro está, en seguida todas las respuestas pero tener preguntas adecuadas siempre genera una tensión creativa muy positiva. Más regalos que nos da la enorme suerte de poder girar mucho el espectáculo: las traducciones. Lo estrenamos en catalán, luego pasó al francés y por último al español. Cada traducción es una poda pues hay referencias locales que tenemos que encontrar en cada sitio donde actuamos. No el tema, la corrupción, sino los corruptos. Ahora por ejemplo, muy veladamente, hacemos referencia a Nicolás Sarkozy, y la gente ríe, claro, porque la cosa es para llorar. Cada traducción vivifica el espectáculo, es, como nos enseñaron Miguel Teruel, Vincent Montalt y Pilar Ezpeleta (Shakespeare en Benicassim) una transfusión. Y el último factor, estamos obligados, ya que compartimos escenario con 8 compañías más a que nuestro espectáculo dure 1.15 minutos. No podemos pasarnos porque esto retrasaría el espectáculo siguiente. De nuevo a interrogarse sobre lo que es esencial, sobre lo que sobra, y los que sobra son palabras en esta idea tan hermosa de que el teatro es “gente en acción”. Aquí llevamos ya 13 funciones seguidas y quedan todavía 11, un tiempo de cocción bastante intenso que seguro le dará más sabor a nuestro espectáculo.