Me gustaría empezar esta reflexión diciendo que ha sido un placer y una oportunidad llevar la línea artística de un teatro como el Principal de Vilanova i la Geltrú. Dentro de las posibilidades de su presupuesto, he podido escoger lo que he creído conveniente para desarrollar una línea artística acorde con una ciudad como Vilanova i la Geltrú. Agradezco pues al Ayuntamiento de Vilanova y a su regidora, Isabel Pla, la confianza depositada. Pero, ¿en qué consistía el trabajo y por qué me voy? Básicamente porque no he encontrado un interlocutor que defienda las líneas abiertas durante las temporadas en que he estado como director artístico, y la única respuesta que encuentro al no poder mantener las líneas artísticas emprendidas es que “estamos en crisis”. ¿Crisis? Si hay crisis entonces ¿por qué las 5 empresas españolas suponen el 63% de beneficio conjunto de las empresas del Ibex 35 en 2010 (datos del monárquico y conservador diario ABC , suplemento empresa n. 210)
Telefónica: 10.167 millones euros.
Banco Santander: 8.181 millones.
Repsol: 4.693 millones.
BBVA: 4.606 millones.
Endesa: 4.129 millones. Ninguna con pérdidas, 22 aumentaron sus beneficios y 11 con subida mayor del 20% (por encima de 2000 millones están Ferrovial, ArcelorMittal) y Criteria (1.823), ACS (1.313), Gas Natural (1.201) solamente….
¿Crisis? La crisis no es el mal tiempo o un virus que vino del espacio, tiene sus razones, causas y motivos. No hay dinero para cultura porque nuestros políticos:
-Han eliminado el impuesto del patrimonio que pagaban las grandes fortunas. Ahora los terratenientes y grandes propietarios no contribuyen a las cuentas públicas.
-El impuesto de sucesiones y donaciones se ha eliminado de la mayoría de los territorios. No pagan impuestos quienes heredan poco pero tampoco lo hacen quienes heredan un gran patrimonio y fortuna.
-Se ha recortado el impuesto de sociedades, que es el que pagan las empresas. No significa lo mismo una reducción de un 5% en el impuesto que tiene que pagar una gran multinacional que una PYME. La multinacional deja de aportar muchos ingresos a las cuentas públicas.
-Se aumentan los impuestos indirectos, los que pagan por igual todos los ciudadanos, el IVA sube hasta el 18% que igual le cuesta al que tiene poco como al que tiene mucho. Lo que se ve claramente es que quien puede contribuir a sostener la Cultura, no paga y si viene al TP se beneficia de una entrada baratísima.
Tenemos un fraude fiscal (datos del Sindicato de Técnicos del Ministerio de hacienda GESTHA) del 22,3% del PIB en Cataluña. O sea 1 de cada 4 euros que circulan en nuestra economía no han contribuido a las fuentes de financiación del servicio público. No hablaremos de la economía sumergida, tenemos una fiscalidad a la cola de los países europeos. Mientras las SICAV (Sociedades de Inversión de Capital Variable) continúan como instrumentos donde las grandes fortunas tributan solo el 1%, no se han eliminado los paraísos fiscales, no se crean nuevos impuestos para los artículos de lujo…. Sino configuramos un modelo de recaudación y redistribución más proporcional, progresivo y solidario lo tenemos difícil. Si no garantizamos el buen pago de los impuestos ya existentes, también está difícil. Y hay que mejorar en gestión y eficiencias administrativas. Si alguien piensa que hay demasiados funcionarios, más bien es lo contrario, hay un déficit enorme de personas trabajando en servicio público. En España sólo el 9%, comparado con el 16% en la UE-15 y 25% en Suecia.
Y ahora veamos en qué consiste, según yo, programar un teatro, qué hemos hecho y qué dejaremos de hacer:
Lo primero para programar un teatro es que creer en la fuerza que supone reunir a gente de diversa clase social (nuestras entradas son muy baratas y estamos llenos de descuentos), que no se encontrarían para compartir algo en ninguna otra parte, y aquí escuchan y ven una historia. Lo queramos o no las historias están llenas de ideología. Un escenario es pensamiento y emoción. Un silencio compartido en un teatro es una experiencia cada día más preciada. Programar es recoger la memoria teatral de una población, en Vilanova ya existía una tradición teatral previa, y ensancharla. El público del TP estaba ahí, dormido tras la larga reforma, y había que despertarlo. La clave es traer espectáculos que se recuerden y confiar en la gran fuerza del teatro: la memoria, lo que queda después de la función. Un profesor de la escuela de Lecoq, donde me formé, me dijo que el buen teatro te lo llevas a la tumba, te acompaña siempre. Puede que no recuerdes toda la obra pero sí quedará un gesto, una frase, una pausa donde el personaje baja la mirada… Cada espectador se lleva un vivencia diferente, se queda con algo personal, el debate empieza después. Hay que crear líneas y dar referentes. El público, porque de lo que se trata es de crear un público, tiene que poder comparar los diversos espectáculos y distinguir lo que es bueno de lo que no lo es tanto. Philippe Genty, Nacho Duato, La Zaranda, Sergi López, Anna Lizarán… cada uno es un referente en su campo.
Los descubrimientos siempre son bienvenidos y los estrenos más aún (Joss Houben, Badomies…) en el fondo la esencia del teatro es el riesgo: “¿qué harán?, ¿qué voy a ver?” En un estreno el equipo técnico se engrasa, la piedra del edificio se pone alerta, el público abre poros… nada que ver con acudir a ver una obra ya recomendada donde vas sobre seguro. En un estreno siempre dirás “yo estuve allí” Si se fijan, el vestíbulo de un teatro es un lugar muy importante, la gente quiere quedarse a comentar la función después o salir corriendo si no les gustó…
Si escuchas bien los artistas siempre tienen algo que decir. Por eso en el TP hemos priorizado los autores vivos (está última temporada 2011 está llena) y el trabajo de las compañías antes que las propuestas de productoras. Lo que tiene que hacer un director artístico es ver muchas obras con ánimo de ser sorprendido. La mayoría de las obras se escogen solas, son evidencias. Algunas veces he oído decir que nuestra programación es arriesgada, ¡pero quienes arriesgan son los artistas! Que repitan artistas y compañías siempre está bien, a la gente le gusta seguir trayectorias; sobre todo si van a más y se superan. En el fondo es lo que todos deberíamos intentar en nuestras vidas. Por eso Julio Manrique vino primero como actor (Hamlet) y luego como director (American Buffalo), La Zaranda repite ahora y se supera, o Toni Albà es el artista que más veces pisará el TP durante las cuatro temporadas (Brams, Histèria Sagrada). Hablando de Toni, otra consigna es “promociona tus vinos y también tus artistas”. En Vilanova hay muchos y me dejo algunos: Belén Cabanes, La Brigada, Montse Panero, Guillem Albà, Estaquirot Teatre, Toni Albà, Sergi López, la Orquestra de Cambra del Garraf. Todos han pasado por el escenario del TP. Son los mejores embajadores que puede tener un teatro.
Alguna de las variables a respetar son estas: tu espacio tiene una relación con el público, cabe lo que cabe (nuestro magnífico equipo técnico ha llamado a los bomberos para meter piscinas de agua, acompañado camiones trailer hasta el estrecho Carrer del Teatre…) y tienes el dinero que tienes. Gástalo bien… Y si puedes cuida el repertorio, es muy importante (Don Juan, Hamlet, Tennesse Williams, Samuel Beckett). Se dice que los clásicos son muy contemporáneos que respiran “rabiosa actualidad”. Pero muchas veces nosotros somos los contemporáneos de los clásicos. Los espectadores me preguntaban cuándo se escribió Primer Amor de Beckett (1946) porque les parecía estar escrita ayer. No basta con programar y llenar butacas, hay que crear nuevos públicos. Esta es una de las asignaturas pendientes en Vilanova i la Geltrú. Además del repertorio, el teatro familiar es vital, con obras buenas, sino los niños odiarán el teatro. La Escuela del Espectador que hemos creado y ya va por su tercera edición persigue esto: mejora tu público y tu programación mejorará. Objetivos: ser un espacio de conocimiento y debate, ocuparse de las personas que al ser diversas generan conflictos, base y sustrato del teatro. Para crear nuevos públicos las relaciones con los institutos son vitales (con el Mallafré por ser un bachillerato artístico realizamos bastantes colaboraciones) un maestro al que le guste el teatro es un regalo para nosotros, con la UPC, con las bibliotecas (¡el teatro también se puede leer!!). Y quedan cosas por hacer y seguir haciendo: establecer lazos con la hostelería, las librerías (basta con poner un cartel en el vestíbulo indicando donde se puede comprar el libro de la función). Crear redes no cuesta dinero.
Sí, vale pero… ¿Porqué te vas? Como la canción.
Me voy porque no puedo defender y no encuentro a nadie que defienda lo que acabo de explicar. Y porque vamos a perder una serie de líneas abiertas y que no se mantendrán:
Si se fijan en la programación ya no tendremos un espectáculo internacional, al menos una vez al año (hasta ahora Joss Houben, Philippe Genty). Perderemos al público de otras poblaciones (la gente viene de Olot, de Zaragoza, de Valencia…) Perdemos nuestras residencias con artistas que, no solamente nos bajen su caché a cambio de ensayar, sino sobre todo que nos descubran procesos artísticos e inicien al público (sobre todo al joven, a los institutos, a la tercera edad, con discapacitados, con la gente en paro) a la creación. Los procesos de creación son curativos e integradores. Si un teatro no sirve para que los artistas puedan ensayar, crear luces, etc, no es un teatro, es un garaje donde van pasando las obras como coches que entran y salen de un aparcamiento. Se trataba de invitar a las escuelas, los institutos a que vieran procesos creativos. Entiendo que el espacio está ocupado y que todo no se puede hacer en el TP, pero ¿no le conviene a Vilanova exportar obras y no importarlas? Que vengan a crear a nuestro espacio los artistas locales, yo incluido, y aquellos que tienen algo que decir a la ciudad. En Francia lo que hacen los directores artísticos en dirigir obras en el teatro que dirigen. También coproducir, lo he explicado antes. No es tan caro. Significa asumir riesgos compartidos. Crear lazos con otras ciudades (Reus, Andorra, Girona en el caso de Badomies) Al menos una obra al año, lo que se estrene en Vilanova i la Geltrú llevará su nombre para siempre. Cuando hicimos Badomies con el CAER de Reus, Troca Produccions y la Escena Nacional de Andorra el número de visitas a nuestra página Web se disparó. Ya saben “vean la obra y luego cenen y duerman en Vilanova”. A esto le llaman promoción económica. No continuará la programación entre semana, a pesar de que se llenaban las funciones. Es la diferencia entre una ciudad y un pueblo que despierta solamente los fines de semana. Al final no es una cuestión de oferta y demanda. Pues la demanda, sabemos todos, se trabaja y se crea. En el día de la danza, perdemos pedagogía (clases abiertas en la calle), creación (talleres creados con profesionales), divulgación (conferencia pública, el año pasado vino Catherine Allard de IT dansa) y la exhibición baja de presupuesto, por tanto una sola obra de danza en un semestre. Hay que crear valores públicos (pedagogía, divulgación, creación) no basta con que las escuelas privadas de danza se pongan a bailar en la calle. Más preguntas, si han llegado hasta aquí ¿Tiene sentido un director artístico si no hay programación estable desde Enero hasta finales de Marzo? Y sobre todo ¿con quién nos queremos comparar? ¿Cuál es nuestro modelo? Dejo de lado la programación de música, ya que se abrirá un auditorio y todo se desviará allá, y miro cifras de programación oficial de teatro y danza solamente en otras ciudades en el semestre enero-junio 2011, lo pueden comprobar mirando las páginas webs de otros teatros:
Reus: 23 obras, algunas de ellas producidas.
Manresa, solamente el Kursaal: 45 obras teatro y danza.
Sant Cugat: 19 obras.
Viladecans: 17 obras
Granollers 16
Vilanova i la Geltrú (danza y teatro adulto y familiar): 9 obras.
Respecto al TP, aunque nadie me ha pasado datos precisos, calculo que el recorte es de un 20% de un presupuesto que ya de por sí era escaso. ¿Mucho o poco? La disminución salarial media de los trabajadores de la Administración autonómica ha sido del 5%. En cambio, la reducción de los conciertos sanitarios, es decir, de los acuerdos públicos con empresas privadas del ámbito de la sanidad (el Hospital General de Cataluña, por ejemplo) será del 3,21% y, dato muy importante, la reducción de los conciertos en el ámbito de la educación, es decir, de la entrega de dinero público a colegios privados, en gran parte religiosos, sin excluir al Opus ni a la separación de sexos en la enseñanza, será del 1,18%.
Hagan cuentas…
Espero hayáis encontrado las razones de una despedida y algunas ideas para que la cultura tenga el lugar y el presupuesto que se merece o razones al menos para indignarse, que es el primer paso para cambiar las cosas.
Atentamente,
Jorge Picó