Ayer mismo, tarde en la noche, estaba estudiando su libro Exposed by the mask, una joya que visito cuando tengo que aclarar ideas. Hoy me entero de su muerte. Sir Peter Hall, el director que supo ver que la forma ya contenía la emoción, que sin forma no hay credibilidad posible, ni narración que valga y por tanto drama. El hombre de teatro que nos hablaba de John Gielgud («al menos hay que poder decir tres líneas en una sola respiración cuando se trabaja Shakespeare») Recomendaba a los actores que empezaran con las palabras, que entendieran la forma, el ritmo, el tono y su música y que más adelante se preocuparan de qué tienen que sentir. Supo entender la diferencia entre tres puntos, silencio y pausa al estudiar y montar a Pinter y a Beckett. Igual que Lecoq no sabía entender el teatro sin la máscara, la gran herramienta de la imaginación. Su amor por las palabras me recordaba al gran Pepe Estruch. Decía que el verso disciplinaba el sentimiento y la máscara el cuerpo. Tristeza y agradecimiento, señor Hall. Descansa en paz, maestro y hombre de teatro.